jueves, 1 de mayo de 2008

MANIFIESTO POR LA RECONVERSIÓN DE LAS IGLESIAS EN CENTROS COMERCIALES




Vengo a anunciar la Buena Nueva: un nuevo Dios existe y va a alumbrar una sociedad de mujeres y hombres libres donde nos amaremos los unos a los otros... o quizás no, pero en cualquier caso el respeto será la regla básica de la convivencia, sin que nadie imponga a nadie su forma de ver la vida, creencias o comportamientos. Las medidas a tomar para conseguirlo son las siguientes:

- Laicidad del Estado, los poderes públicos y la enseñanza.

- Acomodación a los nuevos tiempos: sustitución como Dios oficial, después de dos mil años de “calvario” para la humanidad, de aquel dios inventado por la mente de los hombres (para aliviar el hecho de la muerte y buscar trascendencia a la existencia) por el nuevo dios real: el Dinero.

- En conformidad con lo anterior las iglesias, catedrales, parroquias, monasterios, conventos, etc. pasarán a ser propiedad pública y serán subastados al mejor postor con el fin de reconvertirlos en centros comerciales. A diferencia de antes, ahora los ricos serán los primeros en entrar en el nuevo reino del Señor (los macrocentros comerciales).

- Se salvaguardarán los derechos de los cristianos y se mantendrán los lugares de culto necesarios para que sigan practicando su fe. Los estudios indican que es suficiente reservar una iglesia por cada cincuenta mil habitantes. Si alguien alega que muchos de los pocos católicos que quedan son de edad avanzada y no pueden hacer grandes desplazamientos hasta sus nuevas parroquias le diremos que está todo pensando: con las plusvalías obtenidas pondremos un taxi a cada uno de ellos para que les lleve a rezar a su Dios y les traiga de vuelta tras acabar. Incluso se les darán todos los cuidados posibles y, si hace falta, se les abanicará durante el camino; se merecen toda nuestra atención como especie en vías de extinción que son. Creemos que no se pueden quejar por el trato recibido, no se parece en nada al que ellos han propinado durante siglos (condenas, hoguera, etc.) a quien no “comulgaba” con sus ideas.

- En principio el símbolo del nuevo Dios iba a ser el símbolo del dolar pero, dado que la mente humana es simple, nos hemos visto obligados a crear una imagen antropomórfica, esto es, humana, del nuevo Dios. Aún está abierto el plazo de diseño de la nueva imagen pero en un principio el Comité de Sabios (o sea, yo) ha decidido que el nuevo Dios será mujer, negra y lesbiana. Ah, y, paradójicamente, pobre, como tres cuartas partes de la humanidad.

- Derogación de las festividades relacionadas con el Dios viejo (Navidades, Semana Santa, etc.) y libertad para que cada cual tome esos días de descanso cuando crea conveniente y los dedique al nuevo Dios (compras, consumo, viajes, caravanas en las carreteras, etc.), al viejo, a los dos o a ninguno.

- Se respetarán las descreencias o creencias de cada cual, así que, nos guste más o menos, respetaremos a quien considere, como los católicos, que el sexo sólo puede tener fines reproductivos, que no pueden por tanto usarse métodos anticonceptivos, que la masturbación es mala, que una persona homosexual es una persona enferma, o que no es lícito usar preservativo para frenar el SIDA en África.


No se emplearán por tanto métodos coactivos al estilo de esa popular coplilla que “reza”: “si los curas y monjas supieran / la paliza que les vamos a dar / subirían al coro cantando / ¡libertad, libertad, libertad!


Sí se permite, no obstante, las críticas razonadas como, a modo de ejemplo, la efectuada por uno de los mejores grupos de la historia, el “mítico” grupo vasco La polla Records en esta canción: SALVE REGINA

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