lunes, 21 de marzo de 2011

GAZA, LIBIA TODAS LAS GUERRAS IMPERIALISTAS SON ASESINAS


El Chasco de la Guerra

Gaza

Blanco de mi mil sarcasmos, ¡santos cielos!

La legítima del gran señor del cielo

Es esperar la paz hasta la muerte.

La ambición de Caín

Le lleva a arrebatar a Abel corona y cetro.

¿Cómo ataca Caín? Con tirapedos¡

¿Cómo se defiende Abel?

Con tanquetas hechas de quijadas de Asnos

Y fabricadas en las multinacionales

del crimen y la guerra.

La Onu siempre está borracha

Por legitimidad de sus abuelos

Que se desgañitan en Rebuznar

Bien recio.

Hay Asnos en la Onu

Que saben de astronomía

E indican a punto fijo

Que un pesebre se encuentra en el cielo

Y más de tejas abajo

Donde los Jumentos de la Europa

Despuntan de tal modo en su talento.

Y dicen que Egipto

Recibirá a los asnífluos Busiritas y Licopolitas

Que del Rebuzno del Asno

Han infringido a las gentes graves daños

Y diz que por decreto expreso

Del capital y el sonido bronco del diablo

Mandarán no tocar ciertas flautas

Por siempre Jamás

Que muestran bien clarito

El daño que produce en el pueblo.

“El que más pone, más pierde”

Nos dice la abuela.

Y así Palestina que pone a sus hijos de parapeto

Contra Israel

En su talento guerrero

Aprendido de ese brujo o hechicero

Bigotudo

Que se hizo su alimento

Como todos los dioses de la guerra

De cadáveres asados o bien muertos

Y que cual Abel

Se ha puesto a Caín de capa y peto.

¿No son hermanos?

Nada de eso.

El uno prende al otro

Y la ambición le lleva a arrebatarle

Tierra y testamento.

¿Y cómo terminará la guerra

Tal barbarie?

Pues como le gusta al Dios eterno

Que impuso heredar en la Tierra

Como se hereda en el cielo:

Veni, Vidi, Vinci

Ve, Coge y le Capas¡

Así formando juicios de los más siniestros

Acude la Europa

Y la America poderosa con sus Asnos

Los cuales ya delante del enemigo

Pegaron tales Rebuznos en Irak

Que sobrecogidos los de Caín

Echan a correr

Siendo pues los Asnos, como siempre

La causa principal de la Victoria.

Y sea como quiera

Los humildes,”los pobres de la tierra”

Los que nada tienen que ver con la guerra

Los muertos como siempre y de siempre

Se quedarán olvidados

En el Almagesto de Ptolomeo

Mientras la panza de los sacerdotes del conciliábulo

Todos ellos, todos

Se llenaran de migas

Seguros casi del feliz encuentro

Volviendo a cometer acciones bien obscenas

Y pretendiendo poseer la Tierra

Y ofrecerla al Becerro de Oro

Y al Asno de Oro de Apuleyo.

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